¿Cómo podemos evitar que el calor afecte a las propiedades de los alimentosbr

El calor es una de las principales amenazas a la seguridad de los alimentos. Aunque el calor no es una enfermedad, puede causar enfermedades e incluso la muerte. La mayoría de las enfermedades que se producen por el calor son debidas a la contaminación de los alimentos, que puede ocurrir cuando los alimentos se dejan a temperaturas ambiente durante periodos prolongados de tiempo. Otros factores que pueden contribuir a la contaminación de los alimentos son el contacto con superficies sucias y el agua contaminada.

Los síntomas de las enfermedades que se producen por el calor son similares a los de otros tipos de enfermedades gastrointestinales, como diarrea, vómitos y dolor abdominal. Si usted tiene estos síntomas, busque atención médica inmediata. Las personas que están en riesgo de deshidratación, como los ancianos, las personas con enfermedades crónicas y los niños pequeños, deben ser tratadas inmediatamente.

La mejor manera de prevenir la contaminación de los alimentos es cocinarlos adecuadamente. Cocinar los alimentos a altas temperaturas mata a muchos gérmenes que pueden causar enfermedades. Es importante seguir las recomendaciones de seguridad al cocinar, particularmente si usted está cocinando para personas que están en riesgo de enfermedades graves. También es importante mantener los alimentos limpios y refrigerados adecuadamente. Lavar las manos con agua y jabón antes de manipular los alimentos y después de ir al baño es otra forma importante de prevenir la contaminación.

Los productos lácteos, carnes y huevos deben mantenerse refrigerados para evitar que se deterioren. La leche y otros productos lácteos deben usarse dentro de tres días después de abrirse el envase. Las carnes frescas deben consumirse dentro de uno o dos días después de comprarlas y las carnes congeladas deben consumirse dentro de seis a nueve meses. Los huevos deben refrigerarse inmediatamente después de ser cocidos y deben usarse dentro de uno o dos días.

Algunos alimentos no requieren refrigeración, pero deben manipularse con cuidado para evitar la contaminación. Los frutos secos, cereales, pastas, panes y legumbres no necesitan refrigeración, pero deben guardarse en lugares oscuros y frescos y consumirse dentro de un mes después de comprarlos. Los condimentos, aceites y aderezos también no requieren refrigeración, pero deben mantenerse en envases sellados para evitar la evaporación del aceite.

Los alimentos que se van a consumir crudos deben manipularse con cuidado para evitar la contaminación cruzada. La carne, el pollo, los mariscos y los huevos crudos deben manipularse separadamente de otros alimentos y lavarse bien las manos después de tocarlos. También es importante limpiar bien las superficies donde se manipulan estos alimentos. Los vegetales crudos deben lavarse bien antes de comerlos. El agua potable también es importante para evitar la contaminación cruzada, por lo que es importante asegurarse de que el agua que se va a utilizar para cocinar o lavar los alimentos esté limpia y libre de bacterias.