¿Qué problemas pueden surgir al no comer la última ración de alimentos del díacomercial de alimentos sanchez

Desde que el hombre comenzó a cultivar los alimentos, la alimentación ha sido una de las principales preocupaciones de la humanidad. A lo largo de la historia, se han ido descubriendo nuevas formas de producir y consumir los alimentos, pero siempre ha habido problemas relacionados con la alimentación. En la actualidad, uno de los principales problemas que existen es el desperdicio de comida.

Según datos del Banco Mundial, en 2014 se desperdiciaron 1,3 mil millones de toneladas de comida, lo que representa una pérdida equivalente al 30% de todos los alimentos producidos en el mundo. Este desperdicio ocurre a todos los niveles de la cadena alimentaria, desde la producción hasta el consumo. En muchos países, la comida se considera un bien escaso y precioso, por lo que no se puede permitir el desperdicio.

En España, el problema del desperdicio de comida es muy relevante. Según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, en 2015 se desperdiciaron 3,1 millones de toneladas de comida, lo que representa un coste anual para las familias españolas de 862 euros. Además, el 12% de la comida que se compra en España acaba siendo tirada a la basura.

El principal motivo del desperdicio de comida es el mal estado en que se encuentran los productos al momento de ser consumidos. Los productos perecederos suelen estar expuestos durante largos periodos de tiempo a condiciones ambientales adversas (temperatura, humedad, luz), lo que hace que se deterioren y se echen a perder antes de ser consumidos.

Otro factor que contribuye al desperdicio de comida es el exceso de compras. Muchas veces se compran más productos de los necesarios y acaban caducando o simplemente no se llega a consumir todo antes de que se echen a perder.

Por último, otro factor relevante en el desperdicio de comida es el precio. A menudo, los productos más baratos son los que más rápidamente se echan a perder y acaban siendo tirados a la basura sin haber sido consumidos. Esto ocurre especialmente con los productos frescos, ya que suelen ser más delicados y requieren un consumo inmediato para evitar su deterioro.

El desperdicio de comida no solo representa un problema económico para las familias y para el país, sino también ambiental. Al descomponerse, la comida genera gases con efecto invernadero, lo que contribuye al cambio climático. Además, el desperdicio de comida supone un despilfarro de recursos naturales (agua, tierra, energía) utilizados en su producción.

Para evitar el desperdicio de comida, se deben tomar ciertas medidas a nivel individual y colectivo. A nivel individual, se pueden adoptar hábitos tales como planificar las compras para evitar comprar productos innecesarios; leer las etiquetas para saber cuándo caduca un producto y cuáles son las condiciones adecuadas para su conservación; separar los productos frescos y perecederos para consumirlos antes; guardar los alimentos adecuadamente; etc.

A nivel colectivo o institucional, se deben fomentar campañas de sensibilización sobre el problema del desperdicio de comida; mejorar las condiciones ambientales en los lugares donde se venden o exponen los alimentos; regular las ofertas promocionales para evitar el exceso de compras; etc. También es importante desarrollar políticas activas para favorecer el donativo y el trueque de excedentes alimentarios entre empresas y particulares con fines sociales o benéficos.