¿Cómo se hacen los hologramas

¿Cómo se hacen los hologramas?

Los hologramas son imágenes tridimensionales de objetos o personas, que parecen flotar en el aire. Se hacen usando láseres y una técnica especial de fotografía, y se pueden ver sin necesidad de gafas especiales o equipos costosos.

Los hologramas se están convirtiendo en una herramienta cada vez más popular para la publicidad, el entretenimiento y la educación. Se han utilizado en conciertos de pop, para mostrar anuncios en tiendas y hasta para ayudar a los pacientes a visualizar su cuerpo desde diferentes ángulos durante una operación.

Aunque los hologramas pueden parecer mágicos, en realidad no lo son. Aquí te explicamos cómo se hacen.

¿Qué es un holograma?

Un holograma es una imagen tridimensional que parece flotar en el aire. La palabra «holograma» viene del griego «hólos», que significa «todo», y «gramma», que significa «mensaje». Así que un holograma es literalmente un mensaje que contiene toda la información necesaria para recrear una imagen tridimensional.

Para crear un holograma, necesitas un láser, un objeto para el que quieras crear una imagen, y una superficie reflectante, como un trozo de vidrio o plástico. El láser se divide en dos haces: uno se dirige directamente al objeto y el otro se refleja en la superficie reflectante. Estos dos haces se mezclan y se fotografían desde un ángulo determinado.

La fotografía se proyecta sobre el objeto y, cuando se mira desde el mismo ángulo desde el que fue tomada la fotografía, el cerebro interpreta las ondas de luz como si fueran una imagen tridimensional. Esto es lo que le permite a un holograma «flotar» en el aire.

La historia de los hologramas

El primer experimento conocido de holografía fue realizado en 1947 por el científico británico Dennis Gabor. Utilizó láseres para grabar imágenes en cristales de cuarzo, pero sus imágenes eran borrosas y no muy detalladas. Sin embargo, este experimento demostró que era posible crear imágenes tridimensionales usando láseres.

En 1960, el científico estadounidense Yuri Denisyuk publicó un artículo sobre cómo grabar imágenes tridimensionales en películas de gelatina. Este método producía imágenes mucho más nítidas que el método de Gabor, pero las películas eran sensibles a la luz, por lo que era necesario mantenerlas en la oscuridad para preservarlas.

En 1972, el científico estadounidense Stephen Benton inventó la primera forma de holograma que podía ser vista sin necesidad de usar películas o cristales. Su invento utilizaba una superficie reflectante especial llamada «superficie de Bragg». Los Benton’s Holograms eran mucho más nítidos y estables que las películas de Denisyuk, y se podían guardar en la luz. Sin embargo, eran muy caros de producir.

En 1997, la empresa japonesa NHK desarrolló un nuevo tipo de holograma llamado «holograma volumétrico». Este tipo de holograma se puede ver sin necesidad de usar gafas especiales o lentes de contacto, ya que utiliza lentes Fresnel para dispersar la luz. Los hologramas volumétricos son mucho más fáciles y baratos de producir que los hologramas tradicionales, lo que ha permitido su mayor proliferación en los últimos años.

¿Cómo se hace un holograma?

Para hacer un holograma, necesitas tres cosas: un láser, un objeto para el que quieras crear una imagen, y una superficie reflectante como un trozo de vidrio o plástico. El láser se divide en dos haces: uno se dirige directamente al objeto y el otro se refleja en la superficie reflectante. Estos dos haces se mezclan y se fotografían desde un ángulo determinado. La fotografía se proyecta sobre el objeto y, cuando se mira desde el mismo ángulo desde el que fue tomada la fotografía, el cerebro interpreta las ondas de luz como si fueran una imagen tridimensional. Esto es lo que le permite a un holograma «flotar» en el aire.