¿A qué se debe la prohibición de consumir determinados alimentos

A qué se debe la prohibición de consumir determinados alimentos?

Desde hace unos años, cada vez se oyen más voces que reclaman la prohibición de consumir determinados alimentos. Se trata, sobre todo, de productos animales como la carne o el pescado, o bien de alimentos procesados y refinados. ¿Por qué esta demanda? ¿Qué consecuencias tendría su cumplimiento?

La carne y el pescado son dos de las principales fuentes de proteínas de la dieta humana. La carne, además, aporta hierro y vitaminas del grupo B. El pescado aporta, además, ácidos grasos omega 3, que son esenciales para el organismo. Sin embargo, consumir carne y pescado con demasiada frecuencia está relacionado con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y cáncer.

El principal argumento de los defensores de la prohibición de la carne y el pescado es que su producción supone un enorme impacto ambiental. La ganadería y la pesca requieren grandes cantidades de agua y energía, además de generar gases de efecto invernadero como el metano y el dióxido de carbono. Según un informe del Pew Research Center, la ganadería es responsable del 18% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, mientras que la pesca supone el 1%.

Otro argumento en contra de la carne y el pescado es el maltrato animal que suponen su producción y slaughter. En las granjas industriales, los animales son criados en condiciones extremadamente insalubres, sin acceso a la luz natural ni a espacios abiertos. En muchos casos, se les mutila para mejorar su rendimiento (por ejemplo, se les cortan las alas a los pollos). Y cuando llega el momento de matarlos, no se les permite tener una muerte digna: se les asfixian, se les electrocutan o se les dispara en medio del caos general.

No obstante, hay quienes sostienen que no es necesario prohibir la carne y el pescado para reducir el impacto ambiental negativo de su producción. Bastaría con reducir el consumo de estos alimentos, especialmente en los países occidentales donde su ingesta es excesiva. De hecho, un estudio publicado en Science Advances estima que si todos los habitantes del planeta adoptaran una dieta vegetariana o vegana, se evitarían 8 millones de muertes anuales. Aunque reducir el consumo de carne y pescado es un objetivo laudable, resulta difícil imaginar que toda la humanidad esté dispuesta a renunciar a estos alimentos.

En resumen, existen buenos argumentos tanto a favor como en contra de la prohibición de consumir carne y pescado. Lo importante es tomar consciencia del impacto ambiental negativo que supone su producción y consumo, para así poder tomar decisiones responsables en nuestra dieta diaria.