¿Cómo se deben manipular los alimentos para evitar la contaminación cruzadabr

Desde el inicio de la humanidad, el hombre ha buscado formas de conservar los alimentos para poder mantenerse vivo. A medida que ha ido evolucionando, ha ido perfeccionando estas técnicas, y hoy en día disponemos de una gran variedad de métodos para conservar los alimentos. Sin embargo, aunque podamos conservar los alimentos por más tiempo, también es cierto que esto puede suponer un riesgo para la salud si no se manipulan correctamente.

La contaminación cruzada es uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos cuando manipulamos los alimentos. Se produce cuando los microorganismos presentes en un alimento contaminan a otro. Esto puede ocurrir de varias maneras, pero la más común es cuando no se siguen las reglas básicas de higiene al manipular los alimentos. Por ejemplo, si no se lavan las manos después de tocar un alimento contaminado, es muy probable que esta contaminación se transmita a otro alimento.

Otro factor que puede favorecer la contaminación cruzada es el hecho de cocinar los alimentos en lugares sucios o desordenados. Si no se limpian adecuadamente los utensilios y superficies antes y después de usarlos, es muy probable que estos transmigan la suciedad a los alimentos. También es importante tener en cuenta que algunos alimentos son más propensos a la contaminación que otros. Los alimentos crudos, como la carne y el pescado, son mucho más susceptibles a la contaminación cruzada que los cocidos, ya que estos últimos han sido sometidos a un proceso de cocción que elimina la mayoría de los microorganismos presentes.

Aunque la contaminación cruzada sea un problema serio, afortunadamente existen formas de evitarla. La primera y más importante es seguir unas buenas normas higiénicas al manipular los alimentos. Es imprescindible lavarse las manos con agua y jabón antes y después de tocar cualquier tipo de alimento, así como también después de ir al baño o tocar animales. También es importante limpiar adecuadamente todos los utensilios y superficies antes y después de usarlos, utilizando productos antibacterianos si es necesario.

Otra forma de evitar la contaminación cruzada es separar los diferentes tipos de alimentos durante la preparación y el almacenamiento. Es decir, no deben mezclarse los alimentos crudos con los cocidos, ni tampoco deben guardarse juntos en el frigorífico. De este modo, se evita que los microorganismos presentes en un tipo de alimento contaminen a otros.

Por último, también es importante tener en cuenta la cadena del frío. Los alimentos deben mantenerse a una temperatura adecuada para evitar que se produzca la proliferación de microorganismos. Por ejemplo, los huevos deben mantenerse refrigerados para evitar que se produzca salmonella. De igual modo, también es importante no descongelar y volver a congelar los alimentos, ya que esto también favorece la proliferación de microorganismos.