¿Cómo se preparaban los alimentos de la Nueva España

Desde la época prehispánica, la gastronomía en México ha estado influenciada por diferentes culturas, costumbres y tradiciones. Con la llegada de los españoles en el siglo XVI, México experimentó una nueva forma de cocinar, que se basaba en los alimentos y técnicas de la península ibérica. Aunque muchos de los platillos mexicanos tradicionales son de origen español, también han adoptado ingredientes y sabores autóctonos.

La comida en la Nueva España se basaba principalmente en el maíz, una planta que los nativos mexicanos cultivaban y utilizaban para la elaboración de diferentes platillos. Otros ingredientes importantes de la gastronomía mexicana colonial eran el frijol, el chile, el achiote y el chocolate. La carne era un alimento reservado para las personas de mayor rango social, ya que era muy costosa. Los animales domésticos más utilizados eran el cerdo, el pollo y el pavo. La carne de res se consumía en ocasiones especiales.

Los españoles trajeron consigo nuevas técnicas de cocina, como la asadera y el horno. También introdujeron utensilios como la sartén, la cazuela y el puchero. Estas nuevas formas de cocinar se mezclaron con las tradicionales para dar forma a la gastronomía mexicana colonial.

La mayoría de los platillos se preparaban a base de maíz. El chile y el achiote eran utilizados para darles sabor y color a los alimentos. Los frijoles se cocinaban con carne o verduras y se servían como guarnición o plato principal. El chocolate era bebida principalmente por las elites, pero también se utilizaba en la preparación de postres y salsas.

La comida cotidiana en la Nueva España era sencilla y consistía en tortillas de maíz, frijoles, sopas y guisados. En las haciendas y ranchos, la dieta se basaba en los productos que se cultivaban o criaban en ellos. Los alimentos más consumidos eran el maíz, el frijol, los huevos, el queso, la carne de cerdo y el pollo. En las ciudades, la dieta era un poco más diversa debido a la presencia de tiendas y mercados. Sin embargo, la comida cotidiana todavía era bastante simple y consistía en tortillas, frijoles, queso, frutas y verduras.

En las mesas de los ricos, la comida era más elaborada y se servía en platos separados. Se utilizaban ingredientes más costosos como la carne de res, el pavo, el pato, el pescado, las aceitunas, los jamones y los quesos importados. También se servían postres deliciosos como pasteles, flanes, tartas y helados. El chocolate caliente era una bebida muy popular entre las elites.

La gastronomía mexicana colonial fue influenciada tanto por los españoles como por los nativos mexicanos. Se trata de una combinación de sabores, ingredientes y técnicas que han evolucionado a lo largo de los siglos para dar forma a la amplia variedad de platillos que hoy podemos disfrutar en México.