¿Por qué es importante respetar los LMP en la manipulación de los alimentos

Los límites máximos permisibles (LMP) son valores que no deben excederse en la presencia de un contaminante en un alimento. Se establecen con el objetivo de proteger la salud de los consumidores. Los LMP se basan en el principio de precaución, que se aplica cuando existen dudas razonables sobre la seguridad de un determinado contaminante.

En general, los LMP se fijan atendiendo a tres criterios:
– La ingesta diaria admissible (IDA), que es la cantidad diaria de un contaminante a la que una persona puede estar expuesta sin correr riesgos para su salud.
– El nivel de tolerancia, que es la concentración máxima a la que se puede estar expuesto sin que se produzcan efectos adversos en la salud.
– El margen de seguridad (MS), que es un factor de incertidumbre que se utiliza para estimar el riesgo potencial para la salud y para reducir el margen entre la IDA y el nivel de tolerancia.

Los LMP se establecen a partir de los datos disponibles sobre la toxicidad del contaminante y sobre los niveles de ingesta habituales. En algunos casos, también se tienen en cuenta otros factores, como el peso corporal y el grado de absorción del contaminante.

La elaboración de LMP requiere un análisis detallado de todos los datos disponibles y el uso de modelos matemáticos para estimar el riesgo potencial para la salud. Estos análisis son realizados por expertos independientes, que evalúan todos los datos relevantes y emiten un informe con sus conclusiones y recomendaciones. A partir de este informe, las autoridades competentes fijan los LMP.

En España, los LMP para los contaminantes presentes en los alimentos son establecidos por el Real Decreto 10/2011, de 9 de marzo, por el que se regulan los límites máximos permisibles de determinados contaminantes en los alimentos. Este Real Decreto se ha modificado varias veces desde su entrada en vigor, incorporando nuevos contaminantes y actualizando los valores permitidos para aquellos ya regulados.

El respeto de los LMP es obligatorio para todos los operadores del sector alimentario, desde los productores hasta los distribuidores y detallistas. Todas las empresas del sector deben adoptar las medidas necesarias para garantizar que sus productos no contienen niveles de contaminantes superiores a los LMP.

La Comisión Europea publica periódicamente un informe sobre el cumplimiento de los LMP en toda la Unión Europea. En este informe se identifican aquellos productos alimentarios que contienen niveles elevados de contaminantes y se establece si procede o no abrir una investigación formal. Si tras dicha investigación se confirma que se ha incumplido el límite máximo permitido, las autoridades competentes pueden adoptar medidas correctivas, tales como la retirada del producto del mercado o la prohibición de importación o exportación.

Por lo tanto, respetar los LMP es importante tanto para garantizar la calidad y Seguridad Alimentaria de los productos alimentarios como para evitar posibles sanciones.