¿Cómo funciona la criogenia

¿Cómo funciona la criogenia?

La criogenia es una tecnología avanzada que se utiliza para tratar a pacientes con enfermedades crónicas. Se basa en el uso de temperaturas extremadamente bajas para congelar y destruir células cancerosas o enfermedades infecciosas. La criogenia también se puede utilizar para almacenar órganos y tejidos para transplante.

Aunque la criogenia puede sonar como una idea futurista, en realidad ha estado en uso durante décadas. El primer experimento documentado de criogenia se llevó a cabo en 1933, cuando el Dr. James Lovelock congeló y descongeló rápidamente un huevo de gallina. En los años posteriores, la criogenia se utilizó con éxito para tratar a pacientes con enfermedades degenerativas, como la artritis.

En los últimos años, la criogenia ha experimentado un gran avance gracias a la tecnología más avanzada. Los médicos ahora pueden utilizar equipos sofisticados para controlar las temperaturas y administrar fármacos directamente a los tejidos congelados. Esto ha permitido que la criogenia se utilice para tratar una variedad de enfermedades, incluyendo el cáncer y las enfermedades infecciosas.

La criogenia se realiza generalmente en una sala de operaciones especialmente diseñada. El paciente es anestesiado y luego se coloca en una mesa de cirugía. A continuación, el cirujano inserta un catéter en la arteria del paciente y comienza a bombear un líquido refrigerante a través del mismo. El líquido refrigerante es generalmente dióxido de carbono, que se encuentra naturalmente en el aire que respiramos.

Una vez que el líquido refrigerante entra en contacto con el tejido del paciente, este comienza a congelarse. El proceso de congelación se produce muy rápidamente, ya que el líquido refrigerante tiene un punto de congelación muy bajo (-79 °C). Durante el proceso de congelación, el agua presente en las células del paciente se convierte en hielo, lo que provoca la ruptura de las membranas celulares.

Una vez que las células cancerosas o infecciosas han sido destruidas, el cirujano detiene el flujo de líquido refrigerante y comienza a calentar lentamente el área congelada. Este proceso de descongelación se produce muy lentamente para evitar dañar los tejidos sanos circundantes. Una vez que el área ha sido descongelada, se lava para eliminar cualquier residuo de líquido refrigerante y se sutura la herida.

El tiempo necesario para completar el proceso de criogenia depende del tamaño y la localización del área afectada. En general, el proceso de congelación dura entre 10 y 30 minutos, mientras que el proceso de descongelación puede durar varias horas. Después del procedimiento, los pacientes suelen permanecer hospitalizados durante 24 horas para que los médicos puedan monitorizar su condición.

Los efectos secundarios de la criogenia son generalmente leves y transitorios. Algunos pacientes experimentan dolor, entumecimiento o picazón en el área tratada durante las semanas siguientes al procedimiento. Rara vez se producen complicaciones graves, como daño nervioso o inflamación del tejido blanco (blanco). La mayoría de los pacientes pueden reanudar sus actividades normales dentro de 2-3 semanas después del procedimiento.