¿Cuánto dura el certificado de alimentos

¿Cuánto dura el certificado de alimentos?

Muchas personas se preguntan cuánto tiempo deben guardar los certificados de alimentos. La verdad es que no existe una respuesta única a esta pregunta, ya que depende de diversos factores. En este artículo, te contamos cuáles son estos factores y cuál es el mejor momento para deshacerse de los certificados de alimentos.

Los certificados de alimentos son un documento oficial que acredita que los productos han sido sometidos a un proceso de calidad y cumplen con todos los requisitos necesarios para su consumo. Este documento se expede por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) y contiene información importante sobre el producto, como la fecha de caducidad, el lugar de fabricación, los ingredientes, etc.

Los certificados de alimentos tienen una validez de un año, pero esto no significa que deban ser desechados automáticamente después de este tiempo. De hecho, muchos productos pueden seguir siendo consumibles después de su caducidad, siempre y cuando se mantengan en buen estado y se almacenen correctamente.

Los factores que influyen en la durabilidad de los alimentos son diversos, como la composición del producto, el envase, la temperatura, la humedad, etc. Por ello, es importante leer las instrucciones del fabricante antes de comprar un producto y estar atento a los cambios en su aspecto o sabor. Si un producto ha caducido hace poco tiempo y se encuentra en perfectas condiciones, puede seguir siendo consumido sin problemas.

En cambio, si un producto ha caducado hace mucho tiempo o está en mal estado, es mejor desecharlo para evitar posibles intoxicaciones. Los expertos recomiendan deshacerse de los alimentos caducados después de un año o 18 meses como máximo. Sin embargo, si observas que un producto ha empezado a deteriorarse antes de su caducidad, lo mejor es desecharlo inmediatamente para evitar riesgos.

En resumen, la durabilidad de los certificados de alimentos depende de diversos factores y no existe un tiempo exacto para desecharlos. Lo más importante es estar atento a los cambios en el aspecto o el sabor de los productos y desechar aquellos que estén en mal estado o hayan caducidado hace mucho tiempo.