¿De qué forma podemos mejorar nuestra alimentación

La alimentación es uno de los pilares fundamentales de la salud. Es vital que comamos de forma equilibrada y nutritiva para mantenernos sanos y en plena forma. Sin embargo, en la actualidad, muchas personas no siguen una dieta adecuada y su alimentación está desequilibrada. Esto se debe, en gran parte, a los hábitos alimenticios modernos, que tienden a privilegiar la comodidad y el sabor por encima de la nutrición.

Afortunadamente, cada vez son más las personas que se preocupan por seguir una dieta sana y nutritiva. Existen numerosas formas de mejorar nuestra alimentación y, con ello, nuestra salud. A continuación te ofrecemos algunos consejos para que puedas comer de forma más saludable:

– Toma la mayor cantidad posible de frutas y verduras. Los expertos recomiendan consumir cinco piezas de fruta y verdura al día, aunque lo ideal sería ingerir una proporción aún mayor. Las frutas y verduras son ricas en nutrientes esenciales para el organismo, como vitaminas, minerales y antioxidantes. Además, son bajas en calorías y ayudan a controlar el peso corporal.

– Incorpora legumbres a tu dieta. Las legumbres (garbanzos, lentejas, judías…) son un alimento muy completo y nutritivo. Son ricas en proteínas vegetales, fibra, vitaminas y minerales. Además, ayudan a regular el tránsito intestinal. Se aconseja consumir legumbres tres o cuatro veces a la semana.

– Reduce el consumo de carne roja. La carne roja es un alimento muy energético ya que contiene mucha grasa saturada. Consumirla en exceso puede incrementar el riesgo de padecer problemas cardiacos o arteriales. Si quieres comer carne, opta preferentemente por la blanca (pollo o pavo) o por la carne de cerdo magra.

– Elimina las bebidas azucaradas. Las bebidas azucaradas (refrescos, zumos industrializados…) son altamente calóricas y no aportan ningún nutriente al organismo. Por este motivo, se aconseja limitar su consumo o eliminarlas completamente de la dieta. Lo ideal es beber agua natural o infusiones sin azúcar.

– Prefiere productos integrales. Los productos refinados (harinas blancas, arroz blanco…) han sido sometidos a un proceso de elaboración que les ha quitado todas sus propiedades nutritionistas. En cambio, los productos integrales (harinas integrales, arroz integral…) mantienen intactas todas sus vitaminas y minerales, por lo que son mucho más beneficiosos para la salud.

– Cocina en casa lo más a menudo posible. Los alimentos preparados fuera de casa (en restaurantes, bares…), suelen ser menos saludables que los cocinados en casa con ingredientes frescos. Además, cocinar en casa te permite controlar mejor las cantidades de azúcar, grasa o sal que utilizas en tus platos.