¿Qué retos se enfrentan actualmente los industriales de alimentos

Desde el inicio de la pandemia del COVID-19, el sector de los alimentos y bebidas ha estado en el ojo del huracán. Los cambios repentinos en el comportamiento de los consumidores, la escasez de materias primas y la interrupción de la cadena de suministro han supuesto un reto sin precedentes para las empresas del sector. Aunque el sector ha logrado superar con éxito estos desafíos iniciales, todavía se enfrenta a un futuro incierto.

El primer reto que enfrenta el sector es la incertidumbre económica. La pandemia ha provocado una recesión global y se espera que el PIB mundial se contraiga un 3,0% en 2020. Esto tendrá un impacto directo en el sector de los alimentos y bebidas, que ya se encontraba en un momento delicado antes de la pandemia. Según datos de Euromonitor International, el crecimiento del sector se ha desacelerado significativamente en los últimos años, pasando del 5,6% en 2014 al 1,9% en 2019. Y se espera que este ritmo se ralentice aún más en 2020, con un crecimiento previsto del 0,5%.

La segunda amenaza que pesa sobre el sector es la escalada de los precios de las materias primas. El precio del trigo, por ejemplo, se ha incrementado un 40% desde febrero de 2020, mientras que el precio del maíz ha subido un 30%. Estos aumentos son debidos en parte a la interrupción de la cadena de suministro causada por la pandemia, pero también se deben a otros factores como el clima extremo (sequías e inundaciones) y la disputa comercial entre China y Estados Unidos. Estos aumentos de precios se han traducido directamente en aumentos de precios para los consumidores. Por ejemplo, en España, el precio de la harina blanca ha subido un 8% desde marzo de 2020.

Otro reto importante para el sector es la competencia cada vez mayor de otros sectores. El alcohol y las bebidas energéticas, por ejemplo, han visto un fuerte incremento en su demanda durante la pandemia debido a su capacidad para mantenerse alerta y productivo durante largas jornadas de trabajo. Esto ha supuesto una amenaza directa para el sector de los refrescos, que ha visto caer su demanda durante el mismo periodo. También hay una creciente competencia entre los productores de alimentos para animales y los humanos. Debido a que muchas personas han optado por adoptar mascotas durante la pandemia, el sector de los alimentos para animales ha experimentado un boom sin precedentes. Esta tendencia ha puesto presión sobre los productores de alimentos para humanos, que han visto caer sus ventas durante el mismo periodo.

A pesar de todos estos desafíos, el sector de los alimentos y bebidas sigue siendo un pilar importante de la economía mundial. Con un valor estimado en 12 billones USD en 2019, el sector representa el 10% del PIB global y emplea a más 1 billón personas en todo el mundo. A medida que la economía mundial siga siendo impactedada por la pandemia del COVID-19, el sector necesitará continuar adaptándose para afrontar los nuevos desafíos que se presentan.