Desde que el hombre es hombre, la alimentación ha sido una de sus principales preocupaciones. El hecho de tener que ingerir sustancias para mantenerse con vida y, posteriormente, poder realizar todas las actividades que le son propias ha sido una constante en la historia de la humanidad.
A lo largo de los años, el modo en que se alimenta la población ha ido cambiando, y esto se ha debido, principalmente, a dos factores: por un lado, el avance de la medicina y la nutrición, que ha permitido obtener mejores resultados en cuanto a la salud; y por otro lado, el desarrollo tecnológico, que ha facilitado el acceso a los alimentos y ha mejorado su calidad.
En la actualidad, existen diversas formas de alimentarse, y cada persona es libre de elegir aquella que más le convenga en función de sus necesidades. No obstante, aunque cada vez se tiene más información acerca de nutrición, muchas personas siguen teniendo dificultades para alimentarse adecuadamente.
Una mala alimentación puede tener consecuencias negativas en la salud, ya que el cuerpo no recibe los nutrientes necesarios para funcionar correctamente. De hecho, según datos del Ministerio de Sanidad de España, en nuestro país cerca del 30% de la población adulta padece sobrepeso u obesidad, lo que supone un riesgo importante para la salud.
Otras enfermedades que pueden estar relacionadas con la mala alimentación son la anemia, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o el cáncer. Por ello, es importante tomar consciencia de los riesgos que se pueden correr al no alimentarse adecuadamente y procurar seguir una dieta equilibrada y saludable.
La OMS define la alimentación como «el proceso mediante el cual los seres vivos ingieren y utilizan los alimentos para mantenerse con vida y desarrollarse». De este modo, podemos decir que todos aquellos elementos que ingerimos para mantenernos vivos y en buen estado de salud se consideran alimentos.
Los expertos recomiendan seguir una dieta variada y equilibrada para obtener todos los nutrientes necesarios. No obstante, en ocasiones no siempre es fácil conseguirlo, sobre todo si tenemos en cuenta los ritmos de vida acelerados a los que estamos sometidos.
Por ello, es importante tener en cuenta algunas claves para lograr una buena alimentación: – Tomar 5 o 6 comidas al día: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. – Escoger alimentos variados y ricos en nutrientes: frutas y verduras frescas, carnes magras, legumbres, cereales integrales… – No saltarse ninguna comida. – Beber mucha agua durante el día: al menos 2 litros. – Realizar actividad física regularmente.
La OMS también recalca la importancia de evitar el consumo excesivo de aceites vegetales saturados, azúcares añadidos o bebidas azucaradas; así como limitar el consumo de carnes rojas y procesadas. En general, se trata de reducir el consumo de aquellos alimentos que no aportan grandes beneficios a nuestra salud.
La nutrición, por su parte, es «la ciencia que estudia los efectos que tienen los nutrientes sobre el organismo». En base a esta definición podemos decir que una buena nutrición es aquella que permite mantener un buen estado de salud gracias a la ingesta adecuada de nutrientes.
Los nutrientes son sustancias presentes en los alimentos que son necesarias para el correcto funcionamiento del organismo. En función de su función podemos distinguir entre macronutrientes (proteínas, carbohidratos y lípidos) y micronutrientes (vitaminas y minerales). Los primeros son necesarios en grandes cantidades para cubrir las necesidades energéticas del organismo; mientras que los segundos son necesarios en pequeñas cantidades pero son imprescindibles para el correcto funcionamiento del metabolismo.
Para mantener un buen estado de salud es importante ingerir todos los nutrientes necesarios en las cantidades adecuadas. No obstante, no siempre es fácil conseguirlo ya que muchas veces no somos conscientes de las cantidades mínimas necesarias o simplemente no disponemos de todos los nutrientes en nuestra dieta. En estos casos se recurre a la suplementación nutricional mediante vitaminas o minerales.
La suplementación nutricional es un complemento a la dieta habitual que nos permite obtener aquellos nutrientes necesarios para nuestro organismo pero que no podemos obtener por otros medios. Se trata de una opción muy útil cuando no podemos ingerir determinados nutrientes por motivos diversos (veganismo, intolerancias…). No obstante, no siempre es necesario recurrir a este tipo de complementos ya que muchas veces basta con modificar nuestra dieta para incluir aquellos nutrientes que nos faltan.