¿Por qué es necesaria la distribución de alimentos

Desde los tiempos más remotos, el hombre ha tenido que luchar por su subsistencia. A medida que fue evolucionando y aprendiendo a cultivar la tierra para obtener los alimentos que necesitaba, tuvo que adaptarse a los cambios climáticos y geográficos de su entorno.

Con el paso del tiempo, se fueron formando grupos sociales y, con ellos, surgieron las primeras leyes y normas para regular la producción y distribución de los alimentos. Esto fue necesario para evitar conflictos entre las personas y asegurar que todos tuvieran acceso a los recursos alimentarios.

En la actualidad, la distribución de alimentos es una cuestión de vital importancia debido a la enorme cantidad de personas que hay en el mundo. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2016 había 7.3 mil millones de habitantes en el planeta. De esta cifra, 815 millones pasaban hambre y 2 mil millones sufrían de deficiencias nutricionales.

Estos números son alarmantes y muestran la necesidad de adoptar medidas para mejorar la situación. Una de las maneras de hacerlo es a través de la distribución de alimentos.

La distribución de alimentos se define como el proceso mediante el cual los productos agrícolas son transportados desde los lugares de producción hasta aquellos en donde se consumen. Este proceso implica una serie de actividades, desde la recolección y el embalaje hasta el transporte y entrega final.

La importancia de la distribución de alimentos radica en que garantiza el acceso de todas las personas a los recursos alimentarios. Sin embargo, este proceso no siempre es eficiente debido a diversos factores, como problemas logísticos, condiciones climáticas adversas o conflictos armados.

A pesar de estos impedimentos, la distribución de alimentos es una actividad imprescindible para hacer frente a la amenaza del hambre en el mundo. Según la FAO, el objetivo principal de la agricultura es proveer de alimentos a toda la población mundial. Para ello, es necesario asegurar una adecuada distribución de los mismos.

La FAO también señala que la agricultura es responsable del 70% del consumo humano de agua dulce, lo que hace evidente su impacto en el medio ambiente. Por esta razón, es fundamental que se adopten medidas para mejorar la eficiencia del proceso de distribución de alimentos y reducir el desperdicio.

Una forma de hacerlo es aumentar el uso de tecnologías como el transporte por carretera y ferrocarril, así como el uso de embalajes adecuados. Otra solución consiste en impulsar programas para mejorar el acceso a los alimentos en aquellas zonas del mundo donde más faltan.

En definitiva, la distribución de alimentos es un proceso necesario para garantizar el acceso universal a los recursos alimentarios. Es una actividad imprescindible para hacer frente a problemas como el hambre o las deficiencias nutricionales. A pesar de sus limitaciones, se trata de un área en constante evolución en la que cada vez se están adoptando nuevas soluciones para mejorar su eficacia.