¿Por qué nuestros antepasados comían ‘alimentos instintivos’

La mayoría de nosotros estamos acostumbrados a comer lo que se supone que es «comida saludable». Desayunamos un plato de cereal integral con leche, comemos una ensalada para el almuerzo y cenamos un filete de pescado con verduras. Mientras tanto, nuestros antepasados ​​parecen haber comido de manera muy diferente. Durante miles de años, la humanidad ha comido lo que se podría llamar «alimentos instintivos». Esto significa que comían lo que podían encontrar o cazar en su entorno. No tenían acceso a los supermercados ni a las tiendas de comestibles, por lo que simplemente comían lo que estaba disponible.

Aunque pueda parecer que nuestros antepasados ​​tenían una dieta menos saludable que la nuestra, en realidad era todo lo contrario. La comida que ingerían estaba llena de nutrientes y vitaminas necesarias para mantenerse saludables. También estaba libre de los aditivos y químicos presentes en muchos alimentos procesados ​​de hoy en día. Al comer «alimentos instintivos», nuestros antepasados ​​eran capaces de obtener todos los nutrientes necesarios para mantenerse fuertes y saludables.

Entonces, ¿por qué hemos abandonado este estilo de alimentación? Buena parte de la culpa es del avance de la agricultura. A medida que las personas aprendieron a cultivar sus propios alimentos, se volvieron menos dependientes de lo que podían encontrar en la naturaleza. Esto significaba que podían elegir qué tipo de alimentos querían comer, en lugar de simplemente comer lo que estaba disponible. La agricultura también permitió que las personas cultivaran alimentos en cantidades más grandes, lo que les permitió almacenar excedentes para consumir en épocas en las que no había tanta comida disponible.

Otro factor que contribuyó a nuestro cambio en la forma en que nos alimentamos fue el surgimiento de la industria alimentaria. A medida que la tecnología mejoraba, los fabricantes de alimentos eran capaces de procesar los alimentos de manera más eficiente. Esto significaba que podían crear productos con un sabor más consistente y duradero. Los productos procesados ​​también eran más baratos de producir, por lo que eran más accesibles para el público en general. Con el tiempo, los productos procesados ​​se convirtieron en una parte integral de nuestra dieta, ya que eran más convenientes y accesibles que los alimentos frescos.

Aunque el cambio en nuestra forma de alimentarnos puede parecer insignificante, en realidad ha tenido un gran impacto en nuestra salud. Al abandonar los «alimentos instintivos» y adoptar una dieta basada en productos procesados, hemos incrementado nuestro consumo de calorías vacías y grasas saturadas. Esto ha contribuido a un aumento en el número de personas con sobrepeso y obesidad. También ha llevado a un incremento en el número de personas con condiciones crónicas como la diabetes y las enfermedades cardiacas. Si bien no podemos regresar completamente a la forma en que nuestros antepasados ​​se alimentaban, es importante reconocer los beneficios de los «alimentos instintivos» y tratar de incorporarlos a nuestra dieta actual.